Es
el componente más importante del suelo agrícola por ser el
responsable más completo del funcionamiento de los abonos. Está
formado por finas capas de arcilla (sílice y alúmina), humus, que
viene de la descomposición de la materia orgánica, y caliza. El fino
tamaño de las partículas del complejo arcillo-húmico-cálcico
(A-H-C), así como su estructura laminar, hacen que la superficie
exterior del complejo se cargue eléctricamente. Así, la sílice y
el humus se cargan negativamente (aniones), mientras la alúmina y la
caliza se cargan positivamente (cationes). Esta estructura laminar,
cargada eléctricamente, es la responsable del intercambio de los
nutrientes entre el complejo A-H-C y la solución del suelo, y entre
ésta y las raíces de las plantas.
El
nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos de los abonos se
absorben de forma iónica. El calcio del suelo desbloquea cationes
como el amonio, potasio y ciertos microelementos que se encuentran
absorbidos en la superficie del complejo A-H-C, pasándolos al
extracto acuoso del suelo, desde donde son asimilados directamente
por la planta.
Hay
que resaltar que los iones nitrato, nítrito, sulfato y cloruro, no
son absorbidos por el complejo A-H-C, sino que se encuentran en el
extracto acuoso y son también fácilmente arrastrados por la lluvia
y los riegos, aprovechándolos las plantas. Por eso, los abonos de
nitratos están contaminando las aguas potables. Los suelos que
tienen arcilla y cal no tienen necesidad de nuevos aportes de estos
materiales puesto que no son consumibles. Sin embargo, el humus es un
materia degradable, debido a las continúas labores de labranza que
mineralizan los compuestos orgánicos, a la erosión y los climas con
temperaturas diurnas superiores a 25º C.
La
estructura del humus es hojosa, por lo que retiene 15 veces su peso
en agua, aumenta el espacio poroso de los suelos compactos y mantiene
la circulación del aire en el suelo. En ausencia de humus la arcilla
fija interiormente los fertilizantes sin utilidad para los cultivos.
En cambio, una vez formado el complejo A-H-C ya no penetran en los
espacios laminares de la arcilla, ni amonio, ni fósforo, ni potasio,
quedándose éstos en el exterior del complejo, donde pueden ser tomados por los vegetales.
El
humus fija cationes como el amonio, potasio etc. en la parte exterior
de sus partículas únicamente, permitiendo su paso a la solución
del suelo por cambios iónicos, de donde son absorbidos por las
raíces. Esta característica contrasta con la perjudicial de la
arcilla de retener iones en los espacios laminares cuando éstos no
se encuentran ocupados por el humus. El humus tiene una capacidad de
cambio iónico superior a cualquier arcilla y parece probado que los
cationes retenidos por el humus son más fácilmente absorbidos por
las raíces que los fijados en la arcilla.
No
sólo es importante el humus en la formación del complejo sino en la
asimilación del fósforo a través del humofosfato cálcico. La
formación del humus está condicionada por la presencia de materia
orgánica de origen vegetal o animal, la presencia de microorganismos
en el suelo que transforman dicha materia en ácidos húmicos, así
como la humedad y temperatura adecuadas y un pH entre 6,5 y 8. No
debemos olvidar que la cal es necesaria pues le pasa al terreno un pH
alcalino que favorece a la flora microbiana, que a su vez es la
responsable de la descomposición de la materia orgánica.
Al
reaccionar el complejo A-H-C con sus cationes en el exterior con los
iones positivos del agua y la cal, se forman sustancias pegajosas que
se llaman humus coloidales que pueden ser de dos clases: orgánicos y
minerales. Todos, según la reacción que lleven, darán lugar a vida
unicelular y sustancias coloidales que son alimento de las plantas.
Eso es el colo: un dinamizador de la vida producido por una
reacción química.
Estos conocimientos fueron estudiados por J. M. Roger que fundó la Agricultura Natural y Claude Albert .
Me quito el sombrero, tienes que vivir muchos años manolo para seguir enseñandonos tus conocimientos. Salud
ResponderEliminarGracias amiga
EliminarAmigo con todo respeto, desde las ciencias agronómicas lo que está diciendo tiene numerosas imprecisiones, p. ej. decir que los suelos que tienen arcilla y cal no necesitan aportes de ciertos nutrientes es un error bastante grande, antes de cualquier tipo de suposición se debe recurrir a un análisis de suelos, ademas en climas de alta montaña predominará la humificación sobre la mineralización, es cierto, pero en suelos como los andisoles (generados de cenizas volcánicas) existen grandes deficiencias de fosfatos debido a que el fósforo se encuentra inmovilizado entre las partículas edáficas, por lo cual se recomiendan técnicas como las que incluyen la aplicación de micorrizas para facilitar su movilización. Le recomiendo este libro, gratuito, acerca de la ciencia del suelo: http://www.bdigital.unal.edu.co/2242/1/70060838.2002.pdf
ResponderEliminarMuy interesante lo que dices, leeré el libro gracias
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