miércoles, 16 de marzo de 2016

El complejo ARCILLO-HÚMICO-CÁLCICO

Es el componente más importante del suelo agrícola por ser el responsable más completo del funcionamiento de los abonos. Está formado por finas capas de arcilla (sílice y alúmina), humus, que viene de la descomposición de la materia orgánica, y caliza. El fino tamaño de las partículas del complejo arcillo-húmico-cálcico (A-H-C), así como su estructura laminar, hacen que la superficie exterior del complejo se cargue eléctricamente. Así, la sílice y el humus se cargan negativamente (aniones), mientras la alúmina y la caliza se cargan positivamente (cationes). Esta estructura laminar, cargada eléctricamente, es la responsable del intercambio de los nutrientes entre el complejo A-H-C y la solución del suelo, y entre ésta y las raíces de las plantas.

El nitrógeno, fósforo, potasio y microelementos de los abonos se absorben de forma iónica. El calcio del suelo desbloquea cationes como el amonio, potasio y ciertos microelementos que se encuentran absorbidos en la superficie del complejo A-H-C, pasándolos al extracto acuoso del suelo, desde donde son asimilados directamente por la planta.

Hay que resaltar que los iones nitrato, nítrito, sulfato y cloruro, no son absorbidos por el complejo A-H-C, sino que se encuentran en el extracto acuoso y son también fácilmente arrastrados por la lluvia y los riegos, aprovechándolos las plantas. Por eso, los abonos de nitratos están contaminando las aguas potables. Los suelos que tienen arcilla y cal no tienen necesidad de nuevos aportes de estos materiales puesto que no son consumibles. Sin embargo, el humus es un materia degradable, debido a las continúas labores de labranza que mineralizan los compuestos orgánicos, a la erosión y los climas con temperaturas diurnas superiores a 25º C.

La materia en descomposición con su fuerte capacidad de absorción de minerales y resistencia al lavado de los mismos forman, junto a la temperatura, los humus coloidales orgánicos que son el alimento indispensable para las plantas. El humus reacciona por la química y asimila minerales que de otra forma las plantas no los cogerían por el lavado de las lluvias. Por eso, es muy importante tener cubiertos los suelos para evitar la erosión de las lluvias y mantener una temperatura adecuada a la vida microbiana que está descomponiéndolo todo para que las plantas lo asimilen.

La estructura del humus es hojosa, por lo que retiene 15 veces su peso en agua, aumenta el espacio poroso de los suelos compactos y mantiene la circulación del aire en el suelo. En ausencia de humus la arcilla fija interiormente los fertilizantes sin utilidad para los cultivos. En cambio, una vez formado el complejo A-H-C ya no penetran en los espacios laminares de la arcilla, ni amonio, ni fósforo, ni potasio, quedándose éstos en el exterior del complejo, donde pueden ser tomados por los vegetales.

El humus fija cationes como el amonio, potasio etc. en la parte exterior de sus partículas únicamente, permitiendo su paso a la solución del suelo por cambios iónicos, de donde son absorbidos por las raíces. Esta característica contrasta con la perjudicial de la arcilla de retener iones en los espacios laminares cuando éstos no se encuentran ocupados por el humus. El humus tiene una capacidad de cambio iónico superior a cualquier arcilla y parece probado que los cationes retenidos por el humus son más fácilmente absorbidos por las raíces que los fijados en la arcilla.

La nieve con su fuerte carga de iones y su agua, hace que se produzca una reacción química con los cationes del complejo arcillo-húmico-cálcico que da lugar a humus coloidales minerales que son fácilmente absorbidos por las plantas.
No sólo es importante el humus en la formación del complejo sino en la asimilación del fósforo a través del humofosfato cálcico. La formación del humus está condicionada por la presencia de materia orgánica de origen vegetal o animal, la presencia de microorganismos en el suelo que transforman dicha materia en ácidos húmicos, así como la humedad y temperatura adecuadas y un pH entre 6,5 y 8. No debemos olvidar que la cal es necesaria pues le pasa al terreno un pH alcalino que favorece a la flora microbiana, que a su vez es la responsable de la descomposición de la materia orgánica.


Al reaccionar el complejo A-H-C con sus cationes en el exterior con los iones positivos del agua y la cal, se forman sustancias pegajosas que se llaman humus coloidales que pueden ser de dos clases: orgánicos y minerales. Todos, según la reacción que lleven, darán lugar a vida unicelular y sustancias coloidales que son alimento de las plantas. Eso es el colo: un dinamizador de la vida producido por una reacción química.

Estos conocimientos fueron estudiados por J. M. Roger que fundó la Agricultura Natural y Claude Albert .

4 comentarios:

  1. Me quito el sombrero, tienes que vivir muchos años manolo para seguir enseñandonos tus conocimientos. Salud

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  2. Amigo con todo respeto, desde las ciencias agronómicas lo que está diciendo tiene numerosas imprecisiones, p. ej. decir que los suelos que tienen arcilla y cal no necesitan aportes de ciertos nutrientes es un error bastante grande, antes de cualquier tipo de suposición se debe recurrir a un análisis de suelos, ademas en climas de alta montaña predominará la humificación sobre la mineralización, es cierto, pero en suelos como los andisoles (generados de cenizas volcánicas) existen grandes deficiencias de fosfatos debido a que el fósforo se encuentra inmovilizado entre las partículas edáficas, por lo cual se recomiendan técnicas como las que incluyen la aplicación de micorrizas para facilitar su movilización. Le recomiendo este libro, gratuito, acerca de la ciencia del suelo: http://www.bdigital.unal.edu.co/2242/1/70060838.2002.pdf

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    1. Muy interesante lo que dices, leeré el libro gracias

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