El
montón de estiércol se prepara de la siguiente manera: primero,
hacemos un agujero de 50 cm. de profundidad y enterramos en él un palo
de unos tres metros como el de la foto. Una vez enterrado y bien
sujeto, le vamos echando el estiércol alrededor, de modo que quede
como una pirámide y el palo sobresalga por el vértice.
La
estrategia del palo es que cuando hayamos terminado de echar el
abono, el palo, moviéndolo circularmente, dejará una abertura a sus
lados que llega hasta el fondo del montón, liberando los gases de la
fermentación por esos laterales. Antes de echarlo a la huerta,
después de haber pasado un año en el exterior amontonado, se vuelve
a girar el palo dejando una abertura bien ancha y por ahí se echa
cal apagada en polvo o un saco de yeso. Echamos esos ingredientes y
le damos vueltas enérgicas al palo para dinamizar el abono. Luego se
vuelve a tapar las aberturas por dónde hemos echado la cal y dejamos
un mes que se dinamice y luego lo usamos. De esta manera, vuestro
estiércol habrá salido enriquecido.
El estiércol de oveja al ser mucho más fuerte que el de caballo necesita compostarse un año desde que se saca de la cuadra. Para que los calores del Verano no lo suban mucho de temperatura, se suelen sembrar a los extremos del montón unas calabazas para que con sus guías dirigiéndolas por encima del montón, lo tapen y protejan con sus pámpanos y eviten la desecación del abono. Si está muy seco y caliente no prosperarán las bacterias que lo humidifican.
Las calabazas le dan sombra en verano |
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